viernes, 7 de enero de 2011

Los peregrinos de Manare

Los peregrinos de Manare
Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy (*)

No importa que en el territorio llanero el catolicismo haya perdido fieles con la llegada de diversas iglesias cristianas, que ahora comparten su geografía con templos y seguidores, pues la herencia catequizadora sembrada desde tiempos de la Colonia por católicos clérigos europeos se mantiene en el alma de las comunidades llaneras.

La devoción mariana de las gentes del territorio llano se evidencia el 6 de enero de cada año, cuando acuden en romerías hasta el pueblo de Paz de Ariporo, Casanare, en donde está el santuario de la Virgen de Manare, a agradecerle o a pedirle su protección sagrada.

La historia de esta tradición religiosa es centenaria. La imagen de la Dolorosa, elaborada en madera, de vestir y a escala grande, quizá fue traída de Europa en tiempos coloniales y la ubicaron en el templo del hace tiempo desaparecido pueblo de Manare, al que un cura español en la fiesta patronal del año 1900 describió como: “caserío de indios dóciles, cristianos y nativamente tímidos”.

Fecha grande llanera es el 6 de enero. Luego de celebrar la Navidad y la llegada del Año Nuevo, los devotos marianos emprendían viaje a caballo o a pie hacia la iglesia donde está el altar de Nuestra Señora de los Dolores de Manare.

Muchos llegan en la víspera y participan de la procesión nocturna de la imagen. Los demás arriban el 6 antes de la misa central. Es frecuente ver promeseros entrar de rodillas hasta el altar de la santa patrona.

Viejos relatos cuentan que en el día de la virgen su manto era tapizado con billetes que los fieles pegaban con alfileres, y el párroco tenía que recogerlos para que pudieran seguir colocando más. Esa tarea era repetitiva.

La imagen de la virgen de Manare estuvo en su sitio original, zona de piedemonte, hasta pasada la violencia del cuarenta y ocho. Esa guerra hizo desaparecer entre las llamas al pueblo.
De ahí que un grupo de devotos resolvieron llevarla para Hato Corozal, pero finalmente la santa patrona de los llaneros fue trasladada para el pueblo de Paz de Ariporo.

Desde hace unos cinco años el antiguo templo fue demolido para construir una iglesia tipo basílica, con el fin de albergar el 6 de enero a los millares de peregrinos llegados desde sitios de Colombia y Venezuela al principal santuario mariano del llano.

(*) Comunicador Social comunitario

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