miércoles, 23 de marzo de 2011

Otras aristas del caso Wikileaks

Otras aristas del caso Wikileaks
Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy /Comunicador Social comunitario

A mi parecer, después del ataque al Pentágono o sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos de Norteamérica y del derribo de las Torres Gemelas en septiembre de 2001, en tiempos recientes el Wikileaks es el segundo más duro golpe a su orgullo nacional que esa nación ha recibido.

En los dos casos queda demostrado que por más potencia que la USA sea, también es vulnerable como cualquier otro país.
Guardadas las proporciones se parece al mito de Aquiles, griego héroe guerrero de muchas batallas y el más veloz de los hombres, pero tristemente muerto por causa de una enemiga flecha envenenada que justo en un talón le ensartaron.

Las reacciones suscitadas tanto por los atentados del 11 de septiembre de 2001, como por el escándalo Wikileaks también se parecen. Con el apoyo de naciones amigas los Estados Unidos de inmediato emprendieron contundentes cacerías contra Osama Bin Laden y Julián Assange, personas a cuyo cargo están dichas operaciones.

Al primero no lo han logrado agarrar; el segundo, australiano y de profesión periodista y programador de internet, en la mira lo tienen pues vive en Inglaterra y para juzgarlo como sospechoso de delitos sexuales Suecia lo pide.

Volviendo al caso Wikileaks, la extracción de datos confidenciales de las profundas entrañas de Estados Unidos ha sido el total destape periodístico de los seguimientos de inteligencia que les encarga hacer a sus diplomáticos en todos los países en que tiene representaciones.

En cumplimiento de sus tareas, embajadores y cónsules reportan a Washington todo lo que ven y escuchan en público o en privado. Esa información es clasificada y guardada.

Con los impactos mediáticos causados por la interminable divulgación noticiosa, supongo que en adelante en cada país reinará mucho sigilo por parte de quienes se tratan de tu a tu con el cuerpo diplomático norteamericano.

En el caso de Colombia muy seguramente funcionarios y políticos dejarán de confesarse, desahogarse o de poner quejas ante los representantes del país del Norte, eso lo dice el rosario de notas que El Espectador viene publicando.

Quizá los cocteles y las reuniones privadas en la embajada de USA ya no tendrán los mismos resultados de inteligencia, pues por fin la malicia indígena aflorará entre los nuestros, quienes sabrán callarse ante los que creían oidores o superiores consejeros y cumplidores del secreto de confesión.

El contemporáneo escándalo Wikileaks, a Norteamérica le genera desconfianza ante el mundo y afecta en alto grado los resultados de su otro sistema de inteligencia, es decir el diplomático. Así mismo, le hace bien a la opinión pública porque se entera de verdades manejadas por debajo de la mesa.

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