jueves, 18 de noviembre de 2010

Fiebres de oro

Fiebres de oro
Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy (*)

La anterior semana este periódico informó sobre el operativo que la Cormacarena en asocio con la DIJIN y el Ejército Nacional llevaron a cabo en un río del municipio de Cubarral, donde se practicaba extracción de oro a costa del daño ecológico y sin permiso oficial.

Hay que decir que ese afluente es tributario del Ariari, cuyo nacimiento está en el páramo de Sumapaz. Por la ilícita actividad minera fueron detenidas once personas.

Esta noticia me hizo recordar que según los cronistas de Indias hacia 1536 en la Conquista, sin éxito alguno las hordas europeas por allí buscaron El Dorado y que los alfareros Guayupes con pepas de oro hicieron trueque con los Muiscas.

A su vez el investigador José Avellaneda dice que el español encomendero de Choachí, contra disposiciones de la Corona, logró que las autoridades del Nuevo Reino de Granada le dieran permiso para poblar el sitio de Nuestra Señora, en el Alto Ariari.

A inicios de 1554 organizó su viaje acompañado de un indígena guía y veinticinco soldados. En el sector de su destino inspeccionaron aguas arriba el río Ariari, hallando oro de aluvión de 20 quilates y en granos de buen tamaño.

Dicho hallazgo generó bonanza que a la postre convirtió a otro español, Francisco de Aguilar, en gran potentado. Fue tanta su riqueza que en 1569 le sirvió para financiar la expedición de Santafé a nuestra región, comandada por el ya anciano Gonzalo Jiménez de Quezada, empresa nada exitosa.

Cuando el periodo de la Colonia inició, la actividad extractiva del codiciado metal había decaído en la región. Visto lo anterior, fácil resulta deducir que en un afluente de la cuenca alta del Ariari históricamente se han vivido fiebres del oro, explotaciones hechas de manera ilegal.

Comunicador Social comunitario

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