domingo, 2 de septiembre de 2012

Mi homenaje a La Voz del Llano

Mi homenaje a La Voz del Llano

Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy/Comunicador Social comunitario

Con el inicio del mes de septiembre ocurre un hecho clave en la historia de la radiodifusión villavicense. Lo causa la economía del libre mercado.

A partir de su creación en julio de 1961 sus estudios solo tuvieron dos sedes, las que se ubicaron en las últimas plantas de dos céntricos edificios del pueblo al que vio convertirse en ciudad. Pero, a partir del anterior sábado 1° a La Voz del Llano se la llevaron para unas cuadras más abajo, desde allí ya emite su señal.

El traslado de sede se debió a una transacción comercial, puesto que una heredera del tolimense Jaime Pava Navarro, su creador, la arrendó a RCN. Quiero ello decir que ya no se le anunciará más como de la “Cadena Súper de Colombia” y, según algunos sabedores de la noticia, pronto dejará de llevar el nombre original.

A la postre, parece que únicamente conservará su frecuencia, es decir la 1020 am.
Quienes trataron a Pava Navarro cuentan del admirable equilibrio empresarial y social que siempre le imprimió a sus emisoras, de ahí el éxito conquistado.

Hay que decir que La Voz del Llano por muchos años emitió en ondas corta y larga, coberturas con las que conquistó y colonizó la vasta sintonía en la región orinoquense, razón suficiente para reafirmar el significado de su nombre.

En los diales de sus radios transistores, en onda corta, a la par de emisoras venezolanas y de otros países, los habitantes de la llanura y de la selva, sin enlaces, se mantuvieron informados gracias a una radiodifusora regional que emitía desde el centro de Villavicencio. Sintonizando sus programaciones en sus casas escuchaban a diario los “mensajes al llano”.

Junto a su amplio e inmedible impacto socio cultural, La Voz del Llano sirvió como permanente academia de formación de varias cohortes de locutores y periodistas locales.

Pienso que el declive de La voz del Llano comenzó a partir del momento en que dejó de emitir en onda corta, de esto hace ya varios años, merma electrónica que la dejó con una reducida cobertura, desamparando a su cautiva audiencia regional. Luego vino la reestructuración administrativa de hace un año que la malogró y dio paso al momento de ahora: la estocada de septiembre.

Haciendo memoria, por efectos de las dinámicas económicas los villavicenses hemos perdido dos símbolos de los medios de comunicación, primero fue el teatro Cóndor, cuyo edificio comenzaron a desarmarlo en julio de 1995, y ahora La Voz del Llano. Ambos llegaron a convertirse en emblemáticos bienes de su patrimonio cultural.

Así, a sus recién cumplidos 51 años de vida La Voz del Llano pasó a otra vida empresarial y los metenses nos quedamos sin una emisora netamente regional, similar metamorfosis informativa hace un año ocurrió con el periódico Llano 7 días, cuando se convirtió en diario.




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