jueves, 28 de junio de 2012

Centenaria presencia del joropo en Villavicencio

Centenaria presencia del joropo en Villavicencio
Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario

En el penúltimo día del mes de junio de 2012 comienza la 44 edición del Torneo Internacional del Joropo de Villavicencio.

Su creación ocurrió en 1965 y fue punto de partida para acentuar la sensibilización de la sociedad villavicense en torno a la música, el canto y el baile del folclor llanero. Del mismo modo, su consecutiva realización le produjo a la capital metense grande proyección tanto en los llanos colombianos como en los venezolanos, la que aun sigue gozando.

Haciendo cuentas, encuentro que en este año debía cumplirse la versión 47 de la fiesta llanera, lo que nos dice que hay un bache de cuatro torneos no cumplidos.

A menudo se escucha decir que la presencia del joropo en el asentamiento humano de Villavicencio no es de vieja data, y que por tanto las raíces locales de dicho componente cultural son superficiales.

Con base en lo anterior quiero comentar que luego de muchos años volví a tener acceso a un centenario documento que en algunas de sus páginas contradice esa hipótesis folclórica, primero lo tuve fugazmente entre mis manos en la Biblioteca Nacional y ahora en versión digital de mi propiedad.

Ante el desarrollo del 44 Torneo Internacional del Joropo, me resulta oportuno compartir de manera seguida la descripción de un baile llanero en Villavicencio, contenida en el libro “Correría al Territorio de San Martín” escrito por Nicolás Pardo y publicado en 1875 en Bogotá.

Debo recordar que un fragmento de este texto lo publiqué en 2009 en mi trabajo “El joropo en Villavicencio: momentos y pioneros”.

A dicho autor durante su permanencia en el caserío le fue ofrecida una reunión en la noche del 7 diciembre de 1874. Textualmente así la relató en el capítulo IX:

“…i el señor Constantine deseoso de que conociese yo algo del canto, de la música i del baile del Llano, en un momento preparó la sala con tal objeto.

Se principió por el galerón, el más popular de los bailes llaneros tocado al son de tiple, bandolón i maracas, i cantado en versos compuestos por los vates populares de estas inmensas llanuras.

Los hombres bailaban sin sombrero i mangas de camisa, i las mujeres vestidas de camisones lisos i sin adornos, i ataviadas si de buenos zarcillos, anillos i prendedores de oro.

El galerón siempre se baila entre cuatro, seis u ocho parejas a son de música i canto, i los versos a que todo el mundo presta grande atención, agudos, graciosos, hirientes o de doble sentido, son recibidos con ruidosas carcajadas i con miradas expresivas entre los que se creen comprendidos en la maligna alusión del cantor o del vate.

Para que se tenga una idea de la poesía llanera, copiamos a continuación los siguientes, que fueron cantados por el señor Ricardo Rojas en el baile o tertulia que describimos en la casa del señor Constantine:

Voi a publicar un bando
Escrito por el gobierno,
Para ver si de ese modo
Algún alivio tenemos.

Las mujeres nos acaban,
De cuenta que las queremos,
Todos los días sacan modas
En sus camisones nuevos.

De alforzas i farolados,
De atorzalados i vuelos,
i los jéneros tan caros,
i tan escaso el dinero.

Además del galerón se baila también en el Llano Chipola, Palito, Granada i otras danzas aunque menos conocidas”.

Gracias a la anterior narración tan rica en detalles, podemos conocer y asegurar que el folclor llanero en su canto, letra, música y baile formaba parte de la cultura villavicense hace justo 138 años.

Además, si tomamos el año oficial de su fundación como asentamiento humano, 1840, y lo confrontamos con 1874 cuando el viajero Nicolás Pardo por aquí anduvo, entonces igual es posible aseverar que a solo 34 años de surgimiento pueblerino ya en la cotidiana vida local estaba presente lo que hoy llamamos joropo.

Con base en los sustentos históricos antes citados y sin ínfula alguna puedo repetir que Villavicencio desde sus inicios, primero con el nombre de Gramalote, es la gran capital del galerón, ahora joropo, en los Llanos colombianos, además de seguir siendo el epicentro de la economía ganadera regional.

Villavicencio, 28 de junio de 2012

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